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学術論文

El Estado y la sociedad civil en la gobernanza moderna

MPS-Authors
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Mayntz,  Renate
Globale Strukturen und ihre Steuerung, MPI for the Study of Societies, Max Planck Society;

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引用

Mayntz, R. (2001). El Estado y la sociedad civil en la gobernanza moderna. Reforma y Democracia, (21), 7-22.


引用: https://hdl.handle.net/11858/00-001M-0000-0012-53F0-9
要旨
Modern governance refers to a new mode of governing in which not only state authorities, but also private organizations are involved in the formulation and implementation of public policy. In modern governance, the State and civil society cooperate. This form of governance has recently developed in Western European countries that used to have strong and interventionist States. It is also typical of the European Union and of “global governance”. Characteristic forms of State/society cooperation are neo-corporatist arrangements and sectoral policy networks. Cooperation between public and private actors can in principle take place on every political level where public authorities and private organizations exist, from the local over the sub-national and national to the regional. Aside from the direct collaboration of State and non-state actors, modern governance also includes certain forms of societal self-regulation, where private corporate actors fulfill regulatory functions that are ultimately in the public interest.

Modern governance can only emerge and function where a number of institutional and structural preconditions are met, both on the side of the polity and on the side of society. Political authorities must be powerful and competent, but neither arbitrary nor omnipotent. They must be faced by a civil society in which individuals enjoy equality as citizens, and private interests find organized expression. In many parts of the world these conditions are not met, and even in the most developed and most democratic parts of the world we find only an approximation to the ideal of modern governance. Being characterized by antagonistic cooperation, negotiation and bargaining, modern governance is constantly threatened by stalemate or settling for weak compromises that cannot solve the problems at hand. There is no simple recipe how to avoid these dangers.

Problems present themselves at different levels, from local to global, but the level at which a problem manifests itself is not necessarily the level at which it can be most effectively solved. Problem solving is most effective if there is congruence between the set of actors causing the problem, the actors suffering from its impact, and the actors trying to solve it. With growing internationalization, this congruence is increasingly absent. Many domestic problems are at least partly caused by international developments and can therefore only be solved by international action. For international agreements to be effective, however, national governance must be effective. This mutual dependence can develop into a vicious circle.
La gobernanza moderna se refiere a un nuevo modo de gobernar, conforme al cual, en la formulación y aplicación de políticas públicas no sólo participan las autoridades estatales, sino también las organizaciones privadas. En la gobernanza moderna, Estado y sociedad civil cooperan entre sí. Esta forma de gobernanza se ha desarrollado recientemente en los países de Europa Occidental que acostumbraban tener Estados fuertes e intervencionistas. Es también algo típico de la Unión Europea y de la “gobernanza global”. Las formas características de la cooperación Estado/sociedad son los arreglos neocorporativos y las redes de políticas sectoriales. La cooperación entre los actores públicos y privados puede tener lugar en principio en cada nivel político en donde existen autoridades públicas y organizaciones privadas, desde el nivel local hasta el subnacional y del nacional al regional. Además de la colaboración directa entre el Estado y los actores no estatales, la gobernanza moderna incluye también ciertas formas de autorregulación social, en la que los actores privados cumplen funciones reguladoras que son en definitiva de interés público.
La gobernanza moderna puede surgir y funcionar únicamente cuando se satisfacen algunos pre-requisitos institucionales y estructurales, tanto del lado de la estructura política como del lado de la sociedad. Las autoridades políticas tienen que ser fuertes y competentes, pero ni arbitrarias ni omnipotentes. Deben tener frente a ellas una sociedad civil en la que los individuos gocen de igualdad como ciudadanos, y en la que los intereses privados encuentren una expresión organizada. En muchas partes del mundo no se logran estas condiciones e incluso en las partes más desarrolladas y más democráticas del mundo encontramos sólo una aproximación del ideal de gobernanza moderna. Al caracterizarse por una cooperación antagonista, la negociación y la concertación, la gobernanza moderna se ve constantemente amenazada por el estancamiento o por la obtención de compromisos débiles que no pueden resolver los problemas en curso. No existen recetas sencillas para evitar esos peligros.
Los problemas se presentan a distintos niveles, desde el local al global, pero el nivel en que se manifiesta propiamente el problema no necesariamente es el nivel en el que éste puede ser resuelto de manera efectiva. La solución del problema resulta más efectiva cuando existe coherencia entre el conjunto de actores que lo provocan, los actores que sufren su impacto y los actores que intentan resolverlo. Con la internacionalización creciente, esa coherencia está cada vez más ausente. Muchos problemas internos son, por lo menos en parte, causados por desarrollos internacionales y, por ende, sólo pueden resolverse mediante la acción internacional. Sin embargo, para que los acuerdos internacionales resulten efectivos, la gobernanza nacional debe ser efectiva. Esta dependencia mutua puede desarrollar un círculo vicioso.